Corben, Richard Corben. De él se está hablando mucho y muy bien esta semana, cuando se cumplen cuarenta años desde su debut. La propuesta ha surgido del
blog de Jeremy Brood, y poco a poco se han ido incorporando diferentes opiniones, la de
Álvaro Pons, la de
Pepo Pérez, la de
Rafael Marín,
la (curradísima) del tio Berni, etcétera, etcétera. Aproximaciones a la obra de Corben desde diferentes puntos de vista, primando en algunos las emociones lectoras, en otros la nostalgia y en la mayoría el análisis de los títulos más destacados (
Bloodstar,
Vic and Blood,
Den,
Mundo mutante).

He asistido a ese repaso con cierta envidia, y mucha vergüenza. ¿Os podéis creer que la primera historieta que leí de Corben fue su colaboración en aquel panfleto bienintencionado titulado Heroes for hope? Recuperé con mucha suerte, y mucha pasta, la segunda y la tercera entrega de la saga de Den, y leí de prestado, con años de retraso, algunas de sus grandes obras. Y después... Hulk: Banner, Hellblazer, Cage, La casa en el confín de la tierra. Algunos verdaderamente dignos, otros meramente alimenticios. Y ahora La guarida del horror, un trabajo irregular, como cualquier antología (sí, ya lo sé, esa es una frase hecha usada en mil y una reseñas). Eso habla bien a las claras de mis conocimientos acerca de él, escasos, desperdigados, desordenados, incompletos. Sigo esperando a Corben, al verdadero Corben, todavía no he tenido el placer de conocerle en condiciones.