4/9/12

Conversaciones perdidas: Miguel Brieva


Nueva inmersión en el pasado para sacar a flote un desenfadado diálogo con Miguel Brieva a raíz de Enciclopedia Universal Clismón, y que pudieron leer (recortado) los lectores de la edición madrileña de Mondosonoro  allá por mayo de 2007.

MIGUEL BRIEVA: ENCICLOPEDISTA DESCREÍDO

Fotografía extraída de una entrevista a Brieva en la web Tercera Información de abril de este año

Difícil de catalogar (¿y porqué habría que hacerlo?) el dibujante Miguel Brieva se ha convertido, aunque él no lo quiera, en uno de los más destacables humoristas gráficos de nuestro país. Criado en el fanzinerismo y las pequeñas editoriales, dio el paso hace un tiempo a los medios de comunicación más leídos, o comprados al menos (El Pais, El Jueves), y ahora se atreve a compilar todo su saber en una particular enciclopedia.

Empecemos con una pregunta típica pero que, creo, ayudará a los lectores que no te conozcan a situarte ¿te consideras un humorista gráfico o un historietista? ¿es lo mismo? ¿no tiene nada que ver? ¿son sólo denominaciones vacías?

En realidad lo que me gusta considerarme, básicamente, es un dibujante, que contiene en sí todas las variantes y combinaciones del dibujo y el texto. La historieta conlleva una narración secuencial, temporal, a la que el humor gráfico suele renunciar en aras de una mayor síntesis, ya que su medio natural suele ser la prensa y en ésta el espacio es siempre limitado. En todo caso, a mí me gustan todos los términos medios entre un extremo y otro, entre lo estrictamente humorístico y lo más ambiciosamente narrativo. Vamos, que me apunto a un bombardeo... de tinta.

¿Cómo surgió el proyecto de Enciclopedia Universal Clismón? Yo la entiendo como una obra realmente ambiciosa, no tanto por su formato enciclopédico sino por las muchas horas de trabajo invertidas, la profusión de textos, de historietas y de ilustraciones.

Este libro viene de largo, la verdad, pero su concreción sólo ha sido posible después de que Mondadori me ofreciese editar un libro con ellos. Por su tamaño y su edición en color, hubiera sido bastante difícil de sacar adelante autoeditándolo modestamente, como la revista Dinero. La enciclopedia, al tiempo que daba pie a un repaso muy amplio de temas con el peculiar juego paródico de lo que pretende ser una acumulación objetiva del saber universal, permitía asimismo recopilar buena parte del material en que he trabajado en los últimos años. Era a la vez un proyecto estimulante y un cajón de sastre idóneo para reunir multitud de fragmentos diversos. Dos pájaros de un tiro, vaya.


¿Hay mucho de la filosofía de Miguel Brieva, de sus principios, en esta obra? Detrás del humor y la mala baba ¿existe una intención de abrir los ojos al lector respecto a determinados temas? ¿es todo una comedia?

Creo que este libro, y espero que sea algo evidente, complementa cierto tono desalentador de la revista Dinero con otras intenciones más serenas, poéticas, surrealistas e incluso esperanzadoras. Mi última intención con lo que hago es que el lector lo interprete en clave de cinismo o nihilismo. Yo diría que mi deseo es justamente el opuesto. Y en fin, espero que eso quede mostrado.


Supongo que el cambio de publicar con Doble Dosis o Undercomic, a hacerlo con Random House se habrá notado de alguna manera ¿podrías explicarnos cómo ha sido?

La diferencia básica es que una editorial de mayor envergadura te permite editar el libro que deseas, tal como lo deseas, y con una distribución infinitamente más extensa que cuando tienes que llevarlo tú con una mochila tienda por tienda. Eso sí, se hace menos ejercicio.

El hecho de trabajar con una de las editoriales más grandes de España, y del panorama editorial en lengua española, ¿ha supuesto renunciar de alguna manera a tu libertad creativa? ¿Y colaborar en El País o en El Jueves?

Ni en Mondadori ni en ninguna de mis colaboraciones hasta la fecha se ha dado la imposición de cambiar algo o renunciar a ciertos contenidos. Si hubiera sido así, creo que hubiera seguido con la mochila o trabajando en alguna otra cosa. Para mí es esencial disfrutar con lo que hago, y ello depende en buena medida de la libertad. Otra cosa es lo contradictorio de publicar ciertos contenidos críticos en medios grandes que fundamentalmente propagan lo mismo que se critica. Es la encrucijada entre dar a conocer tu trabajo a un público mayor o permanecer como un autor muy minoritario. No sé realmente si mi camino es el correcto, pero sé que mi profesión es la de dibujante y deseo ganarme la vida con ello, y mientras me permitan trabajar libremente procuraré hacerlo lo más coherentemente posible.


En una entrevista que te hicieron no hace demasiado tiempo afirmabas que la marginalidad del cómic era su fuerza ¿crees que el lenguaje de la historieta es más libre que el de otros medios porque su público es más minoritario?

No por que su público sea más minoritario, sino porque, precisamente por ello, lo mercantil no ha zambullido tanto sus zarpas en su control y distribución. Es un mercado residual, de segunda fila, y por tanto fluye menos rígidamente, abierto a nuevas formas, entre ignorado y aliviado.

¿Cuántos números han aparecido hasta la fecha de tu revista Dinero? ¿seguirá publicándose en el futuro?

Salieron 5 números y creo que hasta allí llegó. En la actualidad tengo a mis 500 esbirros subcontratados trabajando en un sótano en mi nuevo proyecto cinematográfico, en el que un simpático animalillo orejudo se convierte, tras comerse por equivocación 700.000 millones de dólares, en un zombie mutante pero honrado que saca adelante a su familia en una humilde barriada obrera de Beverly Hills. Haremos tazas, llaveros y gorritas con sus personajes, y quizá hasta un parque temático, pero yo ahora tengo que irme a Las Bahamas a por yogures. Ciao.



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