Reconozco que este cuaderno es un tanto curioso, y un punto caótico. Se nutre de comentarios sobre tebeos, es cierto, pero cada uno de ellos posee una naturaleza y encierra unos propósitos distintos. No es una página de actualidad -más que nada porque las noticias cuando se analizan se hace con retraso, y siempre a partir de información extraída de otras fuentes, nunca fruto de una exclusiva-, y tampoco puede ser entendida como una página de reseñas, pues las lecturas aquí tratadas no son tampoco novedades calentitas, y las entradas editadas se limitan a responder a la cuestión de si me han gustado o no, nada más.
Sin embargo hay noticias que es obligado comentar, sean o no del día. Hace un rato me he enterado, via La cárcel de papel, del fallecimiento de Roberto Segura, del que ya se han hecho eco también en Tebeosfera. Hace poco hablábamos del centenario del nacimiento de Josep Escobar, y decía yo que éste e Ibáñez eran los pilares de las publicaciones Bruguera que yo leía, pero que en casa preferíamos otras firmas, como la del propio Segura, sin ir más lejos. Y las razones eran muchas.
Las chicas guapas de Segura, tanto la señora de Alcorcón, como la novia de Rigoberto Picaporte, como Lily, o como las chicas de La Panda (Margie y Lupita) eran las más guapas de todas cuantas podíamos encontrar en las páginas de esas revistas. Era una belleza real, palpable, nada de exageraciones tipo Vázquez o Raf, féminas demasiado estilizadas, irreales. Además, al lado de sus ridículos partenaires todavía destacaban más.
Las viñetas de Segura eran puro dinamismo, eran pura diversión. Las persecuciones antológicas. Y cuando se empeñaba en que alguno de sus personajes hiciera el ridículo (siempre como consecuencia de patéticas aspiraciones sociales de tres al cuarto), lo lograba con creces.
Era bueno Segura, muy bueno. Cualquier día de estos, si la SGAE me lo permite escaneo algunas de sus mejores páginas y lo hablamos. De momento lo mejor que podemos hacer es leerle, y para aquellos que no sepan de qué les estoy hablando, pueden empezar por aqui.
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