Nueva inmersión en el pasado para sacar a flote un desenfadado diálogo con Miguel Brieva a raíz de Enciclopedia Universal Clismón, y que pudieron leer (recortado) los lectores de la edición madrileña de Mondosonoro allá por mayo de 2007.
MIGUEL BRIEVA: ENCICLOPEDISTA
DESCREÍDO
Difícil de catalogar (¿y porqué habría que
hacerlo?) el dibujante Miguel Brieva se ha convertido, aunque él no lo quiera,
en uno de los más destacables humoristas gráficos de nuestro país. Criado en el
fanzinerismo y las pequeñas editoriales, dio el paso hace un tiempo a los
medios de comunicación más leídos, o comprados al menos (El Pais, El
Jueves), y ahora se atreve a compilar todo su saber en una particular
enciclopedia.
Empecemos
con una pregunta típica pero que, creo, ayudará a los lectores que no te
conozcan a situarte ¿te consideras un humorista gráfico o un historietista? ¿es
lo mismo? ¿no tiene nada que ver? ¿son sólo denominaciones vacías?
En realidad lo que me gusta considerarme,
básicamente, es un dibujante, que contiene en sí todas las variantes y
combinaciones del dibujo y el texto. La historieta conlleva una narración
secuencial, temporal, a la que el humor gráfico suele renunciar en aras de una
mayor síntesis, ya que su medio natural suele ser la prensa y en ésta el
espacio es siempre limitado. En todo caso, a mí me gustan todos los términos
medios entre un extremo y otro, entre lo estrictamente humorístico y lo más
ambiciosamente narrativo. Vamos, que me apunto a un bombardeo... de tinta.
¿Cómo
surgió el proyecto de Enciclopedia
Universal Clismón? Yo la entiendo como una obra realmente ambiciosa, no
tanto por su formato enciclopédico sino por las muchas horas de trabajo
invertidas, la profusión de textos, de historietas y de ilustraciones.
Este libro viene de largo, la verdad, pero su
concreción sólo ha sido posible después de que Mondadori me ofreciese editar un
libro con ellos. Por su tamaño y su edición en color, hubiera sido bastante
difícil de sacar adelante autoeditándolo modestamente, como la revista Dinero. La enciclopedia, al tiempo que
daba pie a un repaso muy amplio de temas con el peculiar juego paródico de lo
que pretende ser una acumulación objetiva del saber universal, permitía
asimismo recopilar buena parte del material en que he trabajado en los últimos
años. Era a la vez un proyecto estimulante y un cajón de sastre idóneo para
reunir multitud de fragmentos diversos. Dos pájaros de un tiro, vaya.
¿Hay
mucho de la filosofía de Miguel Brieva, de sus principios, en esta obra? Detrás
del humor y la mala baba ¿existe una intención de abrir los ojos al lector
respecto a determinados temas? ¿es todo una comedia?
Creo que este libro, y espero que sea algo
evidente, complementa cierto tono desalentador de la revista Dinero con otras
intenciones más serenas, poéticas, surrealistas e incluso esperanzadoras. Mi
última intención con lo que hago es que el lector lo interprete en clave de
cinismo o nihilismo. Yo diría que mi deseo es justamente el opuesto. Y en fin,
espero que eso quede mostrado.
Supongo
que el cambio de publicar con Doble Dosis o Undercomic, a hacerlo con Random
House se habrá notado de alguna manera ¿podrías explicarnos cómo ha sido?
La diferencia básica es que una editorial de mayor
envergadura te permite editar el libro que deseas, tal como lo deseas, y con
una distribución infinitamente más extensa que cuando tienes que llevarlo tú
con una mochila tienda por tienda. Eso sí, se hace menos ejercicio.
El hecho
de trabajar con una de las editoriales más grandes de España, y del panorama
editorial en lengua española, ¿ha supuesto renunciar de alguna manera a tu
libertad creativa? ¿Y colaborar en El
País o en El Jueves?
Ni en Mondadori ni en ninguna de mis
colaboraciones hasta la fecha se ha dado la imposición de cambiar algo o renunciar
a ciertos contenidos. Si hubiera sido así, creo que hubiera seguido con la
mochila o trabajando en alguna otra cosa. Para mí es esencial disfrutar con lo
que hago, y ello depende en buena medida de la libertad. Otra cosa es lo
contradictorio de publicar ciertos contenidos críticos en medios grandes que
fundamentalmente propagan lo mismo que se critica. Es la encrucijada entre dar
a conocer tu trabajo a un público mayor o permanecer como un autor muy
minoritario. No sé realmente si mi camino es el correcto, pero sé que mi
profesión es la de dibujante y deseo ganarme la vida con ello, y mientras me
permitan trabajar libremente procuraré hacerlo lo más coherentemente posible.
En una
entrevista que te hicieron no hace demasiado tiempo afirmabas que la marginalidad
del cómic era su fuerza ¿crees que el lenguaje de la historieta es más libre
que el de otros medios porque su público es más minoritario?
No por que su público sea más minoritario, sino
porque, precisamente por ello, lo mercantil no ha zambullido tanto sus zarpas
en su control y distribución. Es un mercado residual, de segunda fila, y por
tanto fluye menos rígidamente, abierto a nuevas formas, entre ignorado y
aliviado.
¿Cuántos
números han aparecido hasta la fecha de tu revista Dinero? ¿seguirá publicándose en el futuro?
Salieron 5 números y creo que hasta allí llegó. En
la actualidad tengo a mis 500 esbirros subcontratados trabajando en un sótano
en mi nuevo proyecto cinematográfico, en el que un simpático animalillo orejudo
se convierte, tras comerse por equivocación 700.000 millones de dólares, en un
zombie mutante pero honrado que saca adelante a su familia en una humilde
barriada obrera de Beverly Hills. Haremos tazas, llaveros y gorritas con sus
personajes, y quizá hasta un parque temático, pero yo ahora tengo que irme a
Las Bahamas a por yogures. Ciao.
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